La belleza de las mariposas y la antigua Kameiros
La belleza de las mariposas y la antigua Kameiros
RHO-06
Medio día
Un oasis de calma
Con todo lo que ha pasado en los últimos dos años, quizá esté buscando un lugar remoto en el que hallar la tranquilidad total lejos del ruido, el caos y la confusión del mundo actual.
Un auténtico remanso de paz. Pues bien: sabemos dónde está ese lugar. Lo hemos encontrado y nos encantará compartirlo con usted.
Acompáñenos al hermoso valle de las Mariposas. El Petaloudes, también llamado valle de las Mariposas, es un exuberante y frondoso valle por el que discurre un pequeño riachuelo.
Su sendero, con puentes de madera y escalones de piedra, conduce al monasterio de la Virgen de Kalopetra, erigido en 1784.
Cada año, de junio a septiembre, este singular parque natural cobra vida con miles de mariposas de todos los colores. Se alimentan de la savia de los troncos de los árboles, ponen sus huevos y se multiplican.
Pasee bajo la sombra de los árboles de este maravilloso valle y déjese llevar por el distintivo aroma de la resina de pino, que atrae a las mariposas, y el frescor de las aguas del río. Un auténtico paraíso natural que le dejará un recuerdo imborrable.
Antes de visitar el valle, nos transportaremos a la antigua Grecia para descubrir la apasionante historia de la antaño poderosa ciudad de Kameiros.
Ubicado en la costa norte, a unos 50 kilómetros de la ciudad de Rodas, el asentamiento de Kameiros, del siglo V a. C., conformaba, junto con Lindos y Ialyssos, la ciudad-estado de Rodas. Hoy en día no es mucho lo que queda en pie de esta urbe,
fundada por los dorios en tiempos prehistóricos y construida en tres niveles. En la cima de la colina se encontraba la acrópolis, con el templo de la diosa Atenea Kameiras. En el siglo VI a. C. se construyó un aljibe para proporcionar agua a sus 400 familias. Junto al aljibe, los habitantes de la ciudad erigieron una estoa con dos salas de columnas dóricas.
Alrededor de la acrópolis se construyó el asentamiento principal. El nivel más bajo albergaba un templo dórico dedicado a Apolo, así como el ágora, que servía como lugar de debate de los asuntos políticos. Una mirada fascinante al pasado de la antigua Grecia.