SI la Acrópolis es el lugar más famoso de Atenas, el Partenón es, sin duda, el más emblemático. Dedicado a la diosa Atenea, el templo terminó de erigirse en el año 438 a. C., tras varios años de construcción. La importancia cultural del Partenón es única en el mundo. Deje atrás el bullicioso tráfico de la ciudad para vivir una experiencia inigualable, admire sus enormes pilares de mármol y divise toda la ciudad de Atenas, con el mar al fondo. En el pronunciado (aunque corto) ascenso hasta la cima, encontrará, en primer lugar, los Propileos: la monumental puerta de entrada al antiguo complejo sagrado. También encontrará el Erecteión, estructura famosa por sus seis bellas esculturas femeninas: las cariátides. Aunque la estructura del Partenón sigue, en su mayor parte, intacta, casi todos sus artefactos están expuestos en el impresionante Museo de la Acrópolis, ubicado justo al pie de la misma. En su interior podrá admirar unas 4000 obras de arte y artefactos antiguos. Sus cinco colecciones, divididas en tres niveles, abarcan desde la Edad de Bronce griega hasta los períodos arcaico, clásico y más. Además de las colecciones permanentes, no deje de ver las impresionantes exposiciones temporales de la planta baja. ¡También es recomendable visitar su gran restaurante con hermosas vistas a la Acrópolis!
Tenga en cuenta que el Museo de la Acrópolis no es el Museo Arqueológico Nacional, que se encuentra en otra zona de Atenas. Entre los tesoros del museo destacan la máscara de oro de Agamenón, la estatua de bronce de Zeus, los frescos de Akrotiri (ruinas minoicas de Santorini donde, según la leyenda, se ubicaba la Atlántida), el mecanismo de Anticitera (un antiguo “ordenador” analógico recuperado de un famoso pecio) y cientos de vasijas griegas bellamente pintadas.